Memorizar: Antiguo y Conciso

Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras;
1 Corintios 15:3 RV

Porque yo les entregué en primer lugar lo mismo que recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras;
1 Corintios 15:3 NBLH

En este caso vamos a memorizar tres versículos en una fila – y este es el primero.

Este es probablemente uno de los pasajes más antiguos del Nuevo Testamento.  Es una forma común que se utilizó para transmitir un cuerpo específico de información – como un credo.  Muchos creen que estos versículos son un credo de los primeros creyentes, encajado apenas unos años después de la resurrección de Jesús, probablemente antes de la terminación de cualquier libro del Nuevo Testamento.

Hay un montón de información empaquetada en estos pocos versículos. Aquí en el versículo 3 tenemos …

• Pablo les recuerda que compartió esto con ellos.
• Afirma que era algo que él les enseñó primero – era muy importante.
• Reconoce que recibió esta enseñanza de otros – esto suena como un dicho muy conocido de la antigua iglesia, que fue transmitida por el boca a boca.
• Cristo – el Mesías – ¡solo esa palabra es una declaración increíble!
• Él murió – esto no fue controvertida.
• ¿Por qué?  Por nuestros pecados.  Por supuesto, esta idea se expandió en otros lugares, pero ya dice mucho – tenemos pecado que era tan serio que el Mesías murió, como un Salvador.
• Conforme a las Escrituras … las Escrituras predecían la necesidad de un Mesías a morir por nuestros pecados, mucho antes de que sucediera.  Esto no es sólo una declaración de que las Escrituras (en este caso, el Antiguo Testamento) están de acuerdo con esta afirmación, pero también muestra un gran respeto por las Escrituras – nuestra fuente de la verdad – el lugar al que ir para el fin de verificar el credo.

Sí, hay mucho contenido en unas pocas palabras.  ¡Y estamos sólo a medio camino a través de la oración! 🙂

¿Quién soy en Cristo? Este libro cambiará su mundo: Esclavo: La verdad escondida sobre tu identidad en Cristo