Más que una Promesa
Hemos hablado de la venida del Espíritu, y un poquito sobre la forma en que el Espíritu nos trae la unidad. Pero una de las cosas más importantes que el Espíritu Santo nos trae es la esperanza.
Escucha las palabras del apóstol Pablo a los Corintios:
Porque asimismo, los que estamos en esta tienda, gemimos agobiados, pues no queremos ser desvestidos, sino vestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. Y el que nos preparó para esto mismo es Dios, quien nos dio el Espíritu como garantía. Por tanto, animados siempre y sabiendo que mientras habitamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor. Porque por fe andamos, no por vista.
Pero cobramos ánimo y preferimos más bien estar ausentes del cuerpo y habitar con el Señor. Por eso, ya sea presentes o ausentes, ambicionamos agradar al Señor.
La vida en este cuerpo mortal (“esta tienda”) puede ser dolorosa y difícil. Anhelamos el futuro en Cristo cuando podemos tener nuevos cuerpos, perfectamente sanos y sin pecado.
Esta es la promesa de Dios — pero nos ha dado más que una promesa. Él nos ha dado su Espíritu como garantía (o como unas arras). Ya estamos unidos con Cristo por medio del Espíritu Santo. Nuestro Dios no nos dejará ni nos abandonará (Hebreos 13:5-6).
Así, por fe andamos. Con el Espíritu Santo con nosotros. Y así, ya sea presentes o ausentes, ambicionamos agradar al Señor.
La Biblia tiene más que decir acerca de este maravilloso futuro que nos espera. Hemos estado viajando por la Biblia – cuando continuamos, seguiremos mirando nuestro futuro en Cristo.
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