Comenzando Tu Vida Cristiana…
Liderazgo |
Cuando clamamos a Dios con arrepentimiento y fe, Él da su perdón, y mucho más. Vamos a hablar de esto en estudios futuros.
Pero, ¿cómo puede un creyente nuevo comenzar en el camino correcto? Aquí hay cinco cosas importantes para recordar…
- Estudia la Biblia diariamente: ¿Recuerdes nuestro estudio “¿Para que sirve la Biblia?”? En 2Timoteo 3:14-17, Pablo nos dice que la Palabra de Dios es todo lo que necesitamos para la salvación y para toda buena obra. Según Salmo 1:2, el “hombre dichoso/bienaventurado” medita (piensa) en la Palabra de Dios de día y de noche.
- Ora a Dios constantemente: Orar es hablar con Dios – de tu corazón. Dios dice en 1Tesalonicenses 5:16-18: Oren sin cesar. Una parte de la oración es dar gracias. Efesios 6:18 dice oren en el Espíritu en todo tiempo/momento. Orar es hablar constantemente con Dios durante cada día de tu vida.
- Obedece la Palabra de Dios: Santiago 1:21-25 – la persona “bienaventurado” según Santiago es una persona que recibe / oye la Palabra de Dios y luego hace lo que dice. El texto nos dice que la Palabra de Dios puede salvar el alma, es una ley de la libertad, y es perfecta.
- Reúnete regularmente con otros Creyentes: Según Hebreos 10:24-25, una de las razones por las que debemos reunirnos regularmente es para estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras. Más adelante en el libro, Dios nos recuerda a obedecer a nuestros pastores (dirigentes). Según Hechos 20:7, era la costumbre de la iglesia primitiva reunirse el domingo, escuchar la Palabra de Dios y comer juntos.
- Cuenta a otros las buenas noticias de Jesucristo: Mateo 5:14-16: Ustedes son la luz del mundo. Brille/alumbre su luz delante de los hombres/todos, para que vean sus buenas acciones y glorifiquen/alaben a su Padre que está en los cielos. Recuerda también nuestro estudio de Mateo 28:18-20 – ¿Qué son los mandamientos de Cristo?
¿Cómo explicarías los cinco puntos por encima a un nuevo creyente?
El Asesinato de Jesús El asesinato de Jesús es una mirada al pecado del hombre y la bondad de Dios... |