¿Cómo puedo compartir el Evangelio? (parte 2)
Liderazgo |
Hemos estado aprendiendo sobre lo que dice la Biblia sobre compartir nuestra fe. La última vez escuchamos a Jesús y al apóstol Pablo. Hoy, comencemos con el apóstol Pedro …
Prepara su corazón…
“…Porque los ojos del Señor están sobre los justos,
1Pedro 3:12-16
Y Sus oídos atentos a sus oraciones;
Pero el rostro del Señor está contra los que hacen el mal”.
¿Y quién les podrá hacer daño a ustedes si demuestran tener celo por lo bueno? Pero aun si sufren por causa de la justicia, dichosos son. Y no tengan miedo por temor a ellos ni se turben, sino santifiquen a Cristo como Señor en sus corazones, estando siempre preparados para presentar defensa ante todo el que les demande razón de la esperanza que hay en ustedes. Pero háganlo con mansedumbre y reverencia, teniendo buena conciencia, para que en aquello en que son calumniados, sean avergonzados los que hablan mal de la buena conducta de ustedes en Cristo.
El apóstol Pedro escribió a personas que tenían miedo a la persecución. ¿Qué dice? ¡No tengan miedo! Los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones. Pero aun si sufren por causa de la justicia, dichosos/bienaventurados son.
Pero, ¿qué nos dice Pedro que hagamos? Lea la última parte de nuevo y piense en los mandatos que nos da, empezando con “santifiquen a Cristo como Señor…”.
Prepara tu corazón ante el Señor. Prepara tus pensamientos, para que estés listo para responder. Pero respondemos de cierta manera, ¿verdad? Con mansedumbre y reverencia.
Quizás estemos listos para compartir, pero ¿qué estamos compartiendo?
¿Qué es el mensaje?
Porque nosotros también en otro tiempo éramos necios, desobedientes, extraviados, esclavos de deleites y placeres diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles y odiándonos unos a otros. Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y Su amor hacia la humanidad, Él nos salvó, no por las obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino conforme a Su misericordia, por medio del lavamiento de la regeneración y la renovación por el Espíritu Santo, que Él derramó sobre nosotros abundantemente por medio de Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por Su gracia fuéramos hechos herederos según la esperanza de la vida eterna.
Tito 3:3-7
Ahí está, uno de los resúmenes más hermosos del evangelio de Jesucristo en la Biblia.
Te animo a que dediques unos minutos a leer este texto nuevamente. ¿Cuál es el corazón del evangelio? ¿Qué es lo que realmente necesita entender la gente? ¿Cómo explicaría este pasaje de las Escrituras con sus propias palabras?
Si alguien no sabe que es un pecador, no puede ser salvo. ¿Cómo podemos ayudar a la gente a entender que necesitan un Salvador?
Bueno, la Biblia nos ayuda a comprender la Ley de Dios y cómo usarla. De eso hablaremos la próxima vez.
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