Domingo de Resurrección
Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María vinieron a ver el sepulcro. Y se produjo un gran terremoto, porque un ángel del Señor descendiendo del cielo, y acercándose, removió la piedra y se sentó sobre ella. Su aspecto era como un relámpago, y su vestidura blanca como la nieve; y de miedo a él los guardias temblaron y se quedaron como muertos.
Hablando el ángel, dijo a las mujeres: “Ustedes, no teman; porque yo sé que buscan a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, porque ha resucitado, tal como El dijo. Vengan, vean el lugar donde estaba puesto. Vayan pronto, y digan a Sus discípulos que El ha resucitado de entre los muertos; y El va delante de ustedes a Galilea; allí Lo verán. Miren, se los he dicho.”
Y ellas, alejándose a toda prisa del sepulcro con temor y gran gozo, corrieron a dar las noticias a los discípulos. De repente Jesús les salió al encuentro, diciendo: “¡Saludos!” Y ellas, acercándose, abrazaron Sus pies y Lo adoraron.
16 abril, 2017 @ 6:57 pm
No hay prueba más grande del amor de Dios hacia nosotros, que la Resurrección de Jesús, quien pago con su vida nuestra salvación y nos ofrece la vida eterna.