El Primer Agente Doble: “Caín”

“Algunos hombres se han infiltrado encubiertamente . . .”

#1 Nombre en Clave: “Caín”

El Caín original era, por supuesto, un granjero, de una familia de agricultores. Era generoso y religioso y ofrecía sacrificios a Dios con sus propias cosechas.

Pero Caín no estaba dando los holocaustos que Dios quería. Cuando Dios le habló, él no cambió: se puso de mal humor. Para empeorar las cosas, estaba enojado con su hermano Abel, quien ofrecía sacrificios aceptables a Dios. Y ya conoces el resto de la historia.

Caín dijo a su hermano Abel: «Vayamos al campo».
Y aconteció que cuando estaban en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel y lo mató.
Entonces el SEÑOR dijo a Caín: «¿Dónde está tu hermano Abel?».
Y él respondió: «No sé. ¿Soy yo acaso guardián de mi hermano?».

Genesis 4:8-9

Caín, a pesar de su generosa religiosidad, no se preocupaba por Dios ni por Su Palabra. Judas habla de los que “blasfeman las cosas que no entienden”. Esa es una descripción adecuada de Caín.

“Caín” todavía está con nosotros hoy. A veces es muy tolerante y acepta muchos puntos de vista religiosos. A veces simplemente parece muy sabio y razonable, pero hace que su propia razón sea más importante que la propia Palabra de Dios. Y si a Dios no le gusta la forma en que adora o lo que cree, ese es el problema de Dios.

Incluso Jesús mismo nos enseñó cómo confiar en nuestro Padre Celestial.

Yo no puedo hacer nada por iniciativa Mía; como oigo, juzgo, y Mi juicio es justo porque no busco Mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.

Jesús (Juan 5:30)

Hay momentos en los que no entendemos por qué Dios dice lo que dice. Hay momentos en los que luchamos con Su Palabra. Pero Él no es otro ser humano que da su opinión: Él es el Creador.

Porque cuando les dimos a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo, no seguimos fábulas ingeniosamente inventadas, sino que fuimos testigos oculares de Su majestad. Pues cuando Él recibió honor y gloria de Dios Padre, la Majestuosa Gloria le hizo esta declaración: «Este es Mi Hijo amado en quien me he complacido». Nosotros mismos escuchamos esta declaración, hecha desde el cielo cuando estábamos con Él en el monte santo.
Y así tenemos la palabra profética más segura, a la cual ustedes hacen bien en prestar atención como a una lámpara que brilla en el lugar oscuro, hasta que el día despunte y el lucero de la mañana aparezca en sus corazones.
Pero ante todo sepan esto, que ninguna profecía de la Escritura es asunto de interpretación personal, pues ninguna profecía fue dada jamás por un acto de voluntad humana, sino que hombres inspirados por el Espíritu Santo hablaron de parte de Dios.

2Pedro 1:16-21

¡Cuidado con “Caín”! No sigas su camino. Sigue a Dios y Su Palabra, y no las opiniones y razonamientos de los hombres. Religioso, generoso y tolerante – pero maldito.