El que se Hizo Carne

Hemos estado reflexionando sobre la venida del Mesías. Recientemente, leemos acerca de “Las Noticias que María Oyó” del Evangelio de Lucas.

Hoy vamos al Evangelio de Juan. Juan habla del Verbo, o de la Palabra, que se hizo hombre:

El Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos Su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Juan 1:14

Juan, por supuesto, está hablando de Jesucristo. Pero veamos cómo comienza su libro:

En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. El estaba en el principio con Dios. Todas las cosas fueron hechas por medio de El, y sin El nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En El estaba la vida, y la vida era la Luz de los hombres. La Luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la comprendieron.
Juan 1:1-5

Leemos algo increíble aquí. El Verbo, el Hijo de Dios, estaba con Dios en el principio. Ya estaba – imagínate retroceder en el tiempo tanto como puedas – el Verbo ya está allí, con Dios.

Pero hay más. ¡El Verbo era Dios! ¿Es esta blasfemia? ¿Es esta mala lógica? No, porque hay un Dios en tres personas. Sí, el Verbo, el Hijo, es Dios.

Y ahora, Juan habla de “todas las cosas”. Todo – visible, invisible, todo que sabemos en el universo y más – todo. Todas las cosas fueron hechas por medio del Hijo de Dios. ¡Todo! El Verbo no es parte de la creación.

Y Él estaba la vida. La luz de los hombres. Algo diferente, porque el mundo estaba en tinieblas. Pero Jesús es la Luz.

Cuando leemos lo que Lucas y Juan dicen acerca de Jesús, no hay duda de que Él es el único Hijo de Dios, Dios en la carne, el Salvador del mundo. Pero todavía tenemos un par de libros más en el Nuevo Testamento para visitar antes de que terminemos.

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