Isaías 1 (parte 3)



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Continuamos nuestro estudio de Isaías 1 con la segunda parte, los versículos 16-20.

El Mandamiento Para El Pueblo (1:16-20)

Primero, los versículos 16-17:

»Lávense, límpiense,
Quiten la maldad de sus obras de delante de Mis ojos.
Cesen de hacer el mal.
Aprendan a hacer el bien,
Busquen la justicia,
Reprendan al opresor,
Defiendan al huérfano,
Aboguen por la viuda.

Isaías 1:16-17

Ahí está. Deja de hacer el mal, haz el bien – ¡arrepiéntete! Y la buena noticia es, hay perdón:

»Vengan ahora, y razonemos»,
Dice el SEÑOR,
«Aunque sus pecados sean como la grana,
Como la nieve serán emblanquecidos.
Aunque sean rojos como el carmesí,
Como blanca lana quedarán.

Isaías 1:18

Sí, hay perdón de Dios. Pero hay una condición. Así como fue Deuteronomio, el pueblo tiene dos opciones:



Este sería un regalo maravilloso para una hermana en Cristo:

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Si ustedes quieren y obedecen,
Comerán lo mejor de la tierra.
Pero si rehúsan y se rebelan,
Por la espada serán devorados».
Ciertamente, la boca del SEÑOR ha hablado.

Isaías 1:19-20

El arrepentimiento implica un cambio: un deseo de obedecer en lugar de desobedecer. Dios no quería otro ritual religioso, otra ofrenda, otra oración. Quería un cambio de corazón.

El mandamiento para el pueblo. “Lávense … cesen de hacer el mal, y aprendan a hacer el bien. Busquen la justicia.”

Y la primera mitad del capítulo termina como comenzó – “la boca del Señor ha hablado”.

El Lamento Sobre Jerusalén (1:21-23)

bolsa de dinero

¡Cómo se ha convertido en ramera la ciudad fiel,
La que estaba llena de justicia!
Moraba en ella la rectitud,
Pero ahora, asesinos.
Tu plata se ha vuelto escoria,
Tu vino está mezclado con agua.
Tus gobernantes son rebeldes
Y compañeros de ladrones;
Cada uno ama el soborno
Y corre tras las dádivas.
No defienden al huérfano,
Ni llega a ellos la causa de la viuda.

Isaías 1:21-23

Hablamos de cómo Israel es como la novia de Dios, Su esposa. Aquí vemos a Jerusalén como la esposa infiel.

“Tus gobernantes son … compañeros de ladrones”. ¿Qué? No hemos robado a nadie. Pero, ¿por qué eren muy, muy buen amigos de esta gente y de esa gente?

“Cada uno ama el soborno y corre tras las dádivas. No defienden al huérfano, ni llega a ellos la causa de la viuda.” Es interesante que los sobornos estén estrechamente ligados a la causa de las viudas y los huérfanos. Pero tiene sentido. Una mordida dice – Los que tienen dinero merecen “justicia”, los pobres no. El dinero es, para ellos, más importante que la justicia.

No aceptarás soborno, porque el soborno ciega aun al de vista clara y pervierte las palabras del justo.

Éxodo 23:8

Deuteronomio nos dice que la persona que toma un soborno está maldito. ¿Por qué? Porque es la parcialidad y la injusticia. Y no es como Dios.

Porque el SEÑOR su Dios es Dios de dioses y Señor de señores, Dios grande, poderoso y temible que no hace acepción de personas ni acepta soborno.

Deuteronomio 10:17

Hasta ahora, hemos visto El Caso Contra El Pueblo, El Mandamiento Para El Pueblo, y El Lamento Sobre Jerusalén (sobre el pueblo). Pero Dios les va a ofrecer Su solución. Lo veremos la próxima vez.



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