¿Qué es la Santa Cena? (parte 3)
Liderazgo |
Ya hemos hablado sobre los antecedentes de la Santa Cena y el significado del pan y el vino. Hoy vamos a ver más de cerca esta práctica especial en la iglesia local.
Diferentes iglesias tienen diferentes tradiciones en cuanto a la Santa Cena. Pero echemos un vistazo a los elementos básicos que la Biblia dice son importantes…
Primero, utilizamos el pan y el vino (“el fruto de la vid” (Lucas 22:18) – algunas iglesias usan el vino específicamente, y otras el jugo de uva).
En una de las epístolas de Pablo, el Espíritu Santo nos da un propósito importante de la Santa Cena:
Porque todas las veces que coman este pan y beban esta copa, proclaman la muerte del Señor hasta que Él venga.
1Corintios 11:26
La participación en la Santa Cena es una manera de proclamar la muerte del Señor hasta que Él venga.
Pero en la iglesia de Corinto, ¡la gente no compartían ni esperaban por los otros! Algunos no tenían nada de pan, ¡algunos bebían suficiente vino para emborracharse! Así que Pablo les dio instrucciones importantes:
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Así que, hermanos míos, cuando se reúnan para comer, espérense unos a otros. Si alguien tiene hambre, coma en su casa, para que no se reúnan para juicio. Los demás asuntos los arreglaré cuando vaya.
1Corintios 11:33-34
Simple: – espérense unos a otros, y si alguien tiene hambre, coma en su casa.
En lugar de considerar esta comida como simplemente una fiesta más, debe tomarse muy en serio. Veamos qué más dice Pablo:
De manera que el que coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será culpable del cuerpo y de la sangre del Señor. Por tanto, examínese cada uno a sí mismo, y entonces coma del pan y beba de la copa. Porque el que come y bebe sin discernir correctamente el cuerpo del Señor, come y bebe juicio para sí. Por esta razón hay muchos débiles y enfermos entre ustedes, y muchos duermen. Pero si nos juzgáramos a nosotros mismos, no seríamos juzgados. Pero cuando somos juzgados, el Señor nos disciplina para que no seamos condenados con el mundo.
1Corintios 11:27-32
No debemos ser culpable del cuerpo y la sangre de Jesús. En cambio, debemos discernir el cuerpo del Señor. Es decir, tenemos que entender el verdadero cuerpo de Cristo, que se ofreció para nosotros una vez por todas en la cruz.
Entonces, según este pasaje, ¿qué debemos hacer?
- “examínese cada uno a sí mismo”
- juzgar a nosotros mismos
Es por eso que nos tomamos el tiempo para examinar nuestras vidas antes de participar en la Santa Cena. De hecho, es sabio pensar en la Santa Cena en los días previos a la celebración de la Santa Cena, para permitir que el Señor trabaje en tu corazón.
Tenemos la misma idea aquí:
Dije previamente, cuando estuve presente la segunda vez, y aunque ahora estoy ausente, lo digo de antemano a los que pecaron anteriormente y también a todos los demás, que si voy otra vez no seré indulgente, puesto que ustedes buscan una prueba del Cristo que habla en mí. El cual no es débil para con ustedes, sino poderoso en ustedes. Porque ciertamente Él fue crucificado por debilidad, pero vive por el poder de Dios. Así también nosotros somos débiles en Él, sin embargo, viviremos con Él por el poder de Dios para con ustedes.
2Corintios 13:2-5
Pónganse a prueba para ver si están en la fe. Examínense a sí mismos. ¿O no se reconocen a ustedes mismos de que Jesucristo está en ustedes, a menos de que en verdad no pasen la prueba?
Y así, la Santa Cena es sólo para los creyentes. Es un tiempo para que examinemos nuestras vidas, y para examinar nuestra relación con Dios y con los demás. Lo más importante es recordar lo que Jesús hizo por nosotros en la cruz. Recordamos Su sacrificio, que libremente salvado a todos los creyentes para siempre. Al participar en la Santa Cena, proclamamos el Evangelio hasta que Jesús regrese por nosotros.
La próxima vez compartiré una herramienta para ayudarlo a prepararse para la Santa Cena, y veremos una vez más la maravillosa obra de Jesucristo en la cruz.