Aquila era un judío de Ponto, el esposo de Priscila. Fue un obrero cristiano en los primeros días de la iglesia.
Aquila era un fabricante de tiendas de campaña, como el apóstol Pablo. Conoció a Pablo en Corinto (Hechos 18:1-3). Aquila y su esposa ayudaron a discipular a Apolos. Eventualmente, Aquila y Priscila tenían una iglesia en su casa. Más tarde, se mudaron a Roma (donde habían vivido antes de venir a Corinto) y continuaron su ministerio allí (Romanos 16:3).
Las iglesias de Asia los saludan. Aquila y Priscila, con la iglesia que está en su casa, los saludan muy afectuosamente en el Señor. (1Corintios 16:19
Presentamos este tema con Hechos 11, y podemos aprender mucho de este pasaje.
Por ejemplo-
Según Hechos 11:21, Cristianos son personas que han creído y se han convertido al Señor.
Literalmente, Hechos 11:24 dice que Cristianos son los que se han agregado al Señor. Los cristianos han estado unidos con Cristo, por lo que están unidos entre ellos.
Según Hechos 11:26, Cristianos son discípulos (de Cristo).
Algo clave – Romanos 3:23 nos recuerda que todos pecaron. Sin Cristo, estamos bajo el juicio de Dios. Pero aún peor, Efesios 2:12 recuerda a todos los creyentes que estaban separados de Cristo, excluidos de la ciudadanía de Israel, extraños a los pactos de la promesa, ¡sin tener esperanza y sin Dios en el mundo!
Pero según el versículo 13, ahora en Cristo Jesús, ustedes, que en otro tiempo estaban lejos, han sido acercados por la sangre de Cristo.
Hemos aprendido antes de las palabras especiales sobre la salvación. Una de las palabras es creer. Los cristianos son personas que creen en Jesucristo – el Salvador y Señor – El Hijo de Dios. Él que murió por nuestros pecados (1Corintios 15:3).
También, los cristianos son personas que se han arrepentido. Eso no quiere decir que son personas perfectas (sin pecado). Esto significa que ellos han admitido que son pecadores, y han dado la espalda a su pecado. Vamos a hablar más sobre los cristianos y el pecado en el futuro.
Pero la salvación es mucho más que la fe y el arrepentimiento. Es algo que Dios ha hecho – y esta haciendo – y va a hacer – en nuestras vidas. La próxima vez veremos brevemente qué más dice la Biblia sobre nuestra salvación.
Corinto era una ciudad antigua en Grecia que fue reconstruida por los romanos.
No estaba lejos de la moderna ciudad de Corinto.
La ciudad tenía una población significativa de romanos, griegos y judíos. Fue el hogar de muchos templos de los dioses, incluido un famoso templo de Afrodita, la diosa del amor.
Corinto estaba una importante ciudad comercial, pero también era infame por su inmoralidad y embriaguez.
Pablo visitó a Corinto durante sus viajes misioneros. También escribió cartas a la iglesia allí, dos de las cuales se conservan en la Biblia.
Pablo era amigo del tesorero de la ciudad, Erasto (Romanos 16:23). Los arqueólogos han encontrado una inscripción en latín que menciona a Erasto, presumiblemente el mismo hombre.
¿O no saben que los injustos no heredarán el reino de Dios? No se dejen engañar: ni los inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los difamadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios. Y esto eran algunos de ustedes; pero fueron lavados, pero fueron santificados, pero fueron justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios. 1Corintios 6:9-11
Efeso era una importante ciudad portuaria en la provincia romana de Asia, en lo que hoy es Turquía. Está en la costa de El mar Egeo, al norte de la isla de Creta.
La ciudad fue llamada “la primera y más grande metrópoli de Asia” durante la época del Imperio Romano. Era conocido por el Templo de Artemisa (Diana), una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo.
Hubo una población judía importante en Efeso, y el Evangelio se extendió rápidamente allí en los días de los Apóstoles. La iglesia en Efeso fue muy prominente en los primeros días del cristianismo. La epístola de Pablo a los Efesios fue escrita a esta iglesia.
Si por motivos humanos luché contra fieras en Efeso, ¿de qué me aprovecha? Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, que mañana moriremos. 1Corintios 15:32
Anfiteatro en Éfeso. Hubo un disturbio aquí cuando los plateros que fabricaban ídolos se enojaron con el Evangelio que Pablo predicó (Hechos 19). Foto gracias Jordan Klein.
La Biblia habla de diferentes “tipos de bautismo”. Por ejemplo, todos los que ponen su fe en Jesús son bautizados por el Espíritu Santo. Este bautismo te hace parte de la Iglesia. Cada creyente ya ha sido bautizado de esta manera.
Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero, todos los miembros del cuerpo, aunque son muchos, constituyen un solo cuerpo, así también es Cristo. Pues por un mismo Espíritu todos fuimos bautizados en un solo cuerpo, ya Judíos o Griegos, ya esclavos o libres. A todos se nos dio a beber del mismo Espíritu. 1Corintios 12:12-13
Todos fuimos bautizados en un solo cuerpo. El “cuerpo” es el cuerpo de Cristo, o la Iglesia. Todos los verdaderos creyentes forman “el cuerpo de Cristo”.
¿O no saben ustedes que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en Su muerte? Por tanto, hemos sido sepultados con El por medio del bautismo para muerte, a fin de que como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida. Romanos 6:3-4
Todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte. Mi yo pecador, que merece la ira de Dios, murió con Cristo. Pero al mismo tiempo tengo nueva vida en su resurrección.
Ser bautizado en agua muestra lo que Dios ya ha hecho por nosotros. Nos identificamos simbólicamente con la muerte y la sepultura de Cristo al bajar en el agua, y con su resurrección (y nuestra nueva vida) al subir del agua.
“…Sepa, pues, con certeza toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien ustedes crucificaron, Dios Lo ha hecho Señor y Cristo.”
Al oír esto, conmovidos profundamente, dijeron a Pedro y a los demás apóstoles: “Hermanos, ¿qué haremos?”
Entonces Pedro les dijo: “Arrepiéntanse y sean bautizados cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados, y recibirán el don del Espíritu Santo. Porque la promesa es para ustedes y para sus hijos y para todos los que están lejos, para tantos como el Señor nuestro Dios llame.”
Pedro le dijo a la gente a arrepentirse y ser bautizado. ¿Está hablando Pedro del bautismo físico o espiritual? Se hace mención del Espíritu, por lo que podría ser espiritual. Pero es probable el físico. → ¿Así que debemos ser bautizados para ser salvos?
No – la Biblia nos dice claramente que somos salvos por la fe (Hechos 15:8-9; Hechos 16:30-31; Romanos 3:28; 1Corintios 1:17; Efesios 2:8-9). Sin embargo, Pedro claramente espera que todos los que crean serán bautizados. Al ser bautizados y recibir el Espíritu fueron resultados de su fe. Pero en las mentes de los apóstoles, el bautismo está conectado con la fe, como es la oración.
El bautismo es el primer paso en la vida de un nuevo creyente (discípulo). Ser bautizado es un mandamiento de Cristo que debe ser obedecido. Es una lección objetiva que muestra al mundo lo que Dios ya ha hecho en su vida.
Gólgota era un lugar para crucifixiones romanas fuera de Jerusalén. El nombre significa el lugar de la calavera, de donde viene la nombre en español El Calvario.
El Gólgota estaba a la vista del público para los viajeros, y por lo tanto una manera de asegurar el temor y la obediencia a Roma en la zona.
En Gólgota, Jesús fue crucificado después de un juicio injusto. Pero la crucifixión fue parte del propósito de Dios (Hechos 4:27-28). Jesús tomó el castigo que su pueblo merecía por sus pecados, asegurando así su salvación (1Corintios 15:3-4).
Tomaron, pues, a Jesús, y El salió cargando su cruz al sitio llamado el Lugar de la Calavera, que en hebreo se dice Gólgota, donde le crucificaron, y con El a otros dos, uno a cada lado y Jesús en medio. Juan 19:17-18
Adán fue el primer humano en la tierra, y el esposo de Eva. De hecho, su nombre significa “hombre” en el sentido de “humano”.
Aunque fue creado perfecto, eligió desobedecer a Dios. De esta manera, hizo caer la maldición de Dios sobre la tierra y sobre todos los humanos por venir. Todas las personas ahora comparten su pecado, tanto como sus descendientes como por elección propia.
Como todos “en Adán” están bajo una maldición de la muerte, todos “en Cristo” son justos y están bajo la bendición de Dios y la vida (1Corintios 15:21-22). Esta es la razón por la que a veces Jesús es llamado “el segundo Adán”, aunque la obediencia de Jesús tuvo el resultado opuesto a la desobediencia del primer hombre (Romanos 5:12-21).
Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de Uno los muchos serán constituidos justos. Romanos 5:19
Honra al SEÑOR (Yahvé) con tus bienes Y con las primicias de todos tus frutos; Entonces tus graneros se llenarán con abundancia Y tus lagares rebosarán de vino nuevo.
“Las primicias de todos tus frutos”: Esta es una referencia a la Ley de Moisés, donde lo primero y lo mejor, especialmente de la cosecha, se le dio a Dios. Esto era para una ofrenda, o para un “impuesto” especial que apoyaba a los levitas.
Esta porción representa el todo, porque todo debe ser usado en el servicio del Señor, porque es suyo.
Aunque este tipo de ofrenda e impuesto no están ordenados en el Nuevo Testamento, aunque a todos se les dice que den libremente de sus corazones, y Dios bendecirá a los que dan (2Corintios 9:6-7).
Como representante de su pueblo, Jesús fue el primero en resucitar de entre los muertos. Así Él es “las primicias” (1Corintios 15:20-23). Nuestra más completa bendición, entonces, está en Jesucristo mismo.
Porque si hemos sido unidos a Cristo en la semejanza de Su muerte, ciertamente lo seremos también en la semejanza de Su resurrección.
Sabemos esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado con Cristo, para que nuestro cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado; porque el que ha muerto, ha sido libertado del pecado.
Y si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con El, sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de entre los muertos, no volverá a morir; la muerte ya no tiene dominio sobre El.
Pablo dice que nuestro “viejo hombre” ha muerto con Cristo, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado.
Porque yo les entregué en primer lugar lo mismo que recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; que se apareció a Cefas y después a los doce. 1Corintios 15:3-5
Pablo es muy claro aquí. Cristo murió por nuestros pecados. Otra vez, vemos que su muerta es para salvarnos del pecado.
En El (Jesucristo) tenemos redención mediante Su sangre, el perdón de nuestros pecados según las riquezas de Su gracia que ha hecho abundar para con nosotros. En toda sabiduría y discernimiento nos dio a conocer el misterio de Su voluntad, según la buena intención que se propuso en Cristo, con miras a una buena administración en el cumplimiento de los tiempos, es decir, de reunir todas las cosas en Cristo, tanto las que están en los cielos, como las que están en la tierra. Efesios 1:7-10
Así, a través de la sangre de Cristo tenemos el perdón de nuestros pecados. Más adelante en la carta a los Efesios:
Pero ahora en Cristo Jesús, ustedes, que en otro tiempo estaban lejos, han sido acercados por la sangre de Cristo.
Porque El mismo es nuestra paz, y de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, poniendo fin a la enemistad en Su carne, la Ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en El mismo de los dos un nuevo hombre, estableciendo así la paz, y para reconciliar con Dios a los dos en un cuerpo por medio de la cruz, habiendo dado muerte en ella a la enemistad.
Cristo es nuestra paz. Tenemos paz con Dios, y estamos unidos en paz en un cuerpo (la Iglesia).
Y cuando ustedes estaban muertos en sus delitos y en la incircuncisión de su carne, Dios les dio vida juntamente con Cristo, habiéndonos perdonado todos los delitos, habiendo cancelado el documento de deuda que consistía en decretos contra nosotros y que nos era adverso, y lo ha quitado de en medio, clavándolo en la cruz. Y habiendo despojado a los poderes y autoridades, hizo de ellos un espectáculo público, triunfando sobre ellos por medio de El. Colosenses 2:13-15
Dios canceló la deuda en contra nosotros y triunfó sobre los poderes y autoridades.
A pesar de que éramos enemigos de Dios, Cristo (Dios en la carne) vino para hacer la paz. Él ha tomando el castigo por el pecado.
El Nuevo Testamento reúne siglos de las Escrituras para mostrarnos por qué vino Cristo. Echaremos un vistazo desde esa perspectiva la próxima vez.