Una Historia de Navidad: La Promesa (Conclusión)



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Liderazgo


Acaz, el rey malvado de Judá, ha muerto. Su hijo Ezequías ahora tenía el poder del reino.

En el primer año de su reinado, de hecho, en el mes primero, abrió las puertas del templo de Dios. El edificio fue limpiado y reparado, y la verdadera adoración en el templo comenzó una vez más.

Pero los pecados de Acaz seguían atormentando a la nación. Los naciones alrededor de Judá, especialmente el imperio asirio, continuaron amenazando. Aunque el Señor protegió a Su pueblo de una manera especial a través de Ezequías, estaba claro que él no era el Mesías prometido.
La Promesa
Y ¿qué había prometido Dios por medio de Isaías?

Por tanto, el Señor mismo les dará esta señal:
Una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y Le pondrá por nombre Emmanuel

Porque un Niño nos ha nacido, un Hijo nos ha sido dado,
Y la soberanía reposará sobre Sus hombros.
Y se llamará Su nombre Admirable Consejero, Dios Poderoso,
Padre Eterno, Príncipe de Paz.
El aumento de Su soberanía y de la paz no tendrán fin
Sobre el trono de David y sobre su reino,
Para afianzarlo y sostenerlo con el derecho y la justicia
Desde entonces y para siempre.
El celo de Yahvé de los ejércitos hará esto.

Dios salvó a su pueblo de Asiria cuando lo invocaron. Pero la gente estaba esperando algo … permanente. Sin fin. Una paz verdadera y duradera. La paz de tener Dios-con-nosotros – Emmanuel.

Acaz vino a Isaías en uno de los momentos más oscuros de la historia. La adoración del Dios verdadero estaba a punto de perecer de la tierra. Jerusalén estaba a punto de caer, y el rey adoraba ídolos.

¿Y qué dijo Dios? Deja de buscar ayuda de otros dioses, y de otras naciones. Deben temer al Señor y esperar su salvación.

Pero, ¿y si no queda nadie que adore a Dios? ¿Y si nuestros hijos se apartan de Él, y nuestra nación está corrompida, e incluso las iglesias ya no escuchan Su Palabra?

Incluso en los días más oscuros, Dios cumplirá Sus promesas. Él preservará a Su pueblo, aun cuando parezcan ser pocos en número.

Fue un día oscuro en Palestina cuando Dios cumplió Su promesa. El propio José había descubierto que su joven novia estaba embarazada y que el bebé no era suyo. ¿Cómo dormía esa noche? Estoy seguro de que estaba dando vueltas en la cama.



Este sería un regalo maravilloso para una hermana en Cristo:

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Pero entonces el ángel vino. Y como Isaías había hablado a la casa de David – recordando a Acaz de las promesas de Dios a David – el ángel hizo lo mismo.

José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque el Niño que se ha engendrado en ella es del Espíritu Santo. Y dará a luz un Hijo, y Le pondrás por nombre Jesús, porque El salvará a Su pueblo de sus pecados.

Años más tarde, el apóstol Mateo reflexionó sobre lo que el ángel había dicho. Recordó la señal que Dios había dado al rey Acaz. Este fue el cumplimiento de la promesa: ¡Dios con nosotros!

Recordamos el nacimiento de Jesús, y damos gracias a Dios por el perdón y la libertad. Dios se hizo hombre. El Creador se unió en el sufrimiento de su creación, y redimido a su pueblo.

Pero todavía el mundo es oscuro. Muchos de nosotros somos perseguidos. Perdemos cosas que amamos. Y ahora que tenemos un perdón permanente, esperamos una gloria eterna.

El apóstol Pablo sabía que vendría, cuando estaba en la cárcel.

Acuérdate de Jesucristo, resucitado de entre los muertos, descendiente de David, conforme a mi evangelio, por el cual sufro penalidades, hasta el encarcelamiento como un malhechor. ¡Pero la palabra de Dios no está presa!

Por tanto, todo lo soporto por amor a los escogidos, para que también ellos obtengan la salvación que está en Cristo Jesús, y con ella gloria eterna.

Como el anciano le dijo a Juan, en su visión – No llores; mira, ¡el León de la tribu de Judá, la Raíz de David, ha vencido…!

Si buscas la salvación en otras personas, en un gobierno, en dinero, en ti mismo, Dios estará en tu contra.

Teme a Dios. Sigue a Su Hijo, el descendiente de David, el verdadero Rey de la Paz. Y no confíes en ti mismo – confía en Él.

Amigo, que tiene fe en Dios, no llores. Dios esta con nosotros. Como sabía Isaías, justicia y paz están llegando. Cristo viene para salvación de los que ansiosamente Lo esperan. El celo de Yahvé de los ejércitos hará esto.

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