Efesios: Clave
Clave: Cuerpo
En vista de lo cual, leyendo, podrán entender mi comprensión del misterio de Cristo, que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora ha sido revelado a Sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu; a saber, que los Gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, participando igualmente de la promesa en Cristo Jesús mediante el evangelio.
Efesios 3:4-6
¡Que increíble! Que todos – judíos, gentiles – son unidos en un solo cuerpo – el cuerpo de Cristo. El propósito eterno de Dios, para mostrar a todos su sabiduría.
En el libro de Efesios, vemos este propósito eterno, desde antes de la fundación del mundo (Efesios 1:4) hasta siempre (Efesios 3:20-21).
Somos una parte de algo mucho más grande. La Iglesia – el cuerpo de Cristo, por la voluntad de Dios. Somos un templo de Dios, edificado sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular (Efesios 2:19-22). Todos con diferentes dones y talentos, dados para que podamos servir y amarnos unos a otros de una manera especial.
Yo, pues, prisionero del Señor, les ruego que ustedes vivan de una manera digna de la vocación con que han sido llamados. Que vivan con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándose unos a otros en amor, esforzándose por preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.
Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como también ustedes fueron llamados en una misma esperanza de su vocación; un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos.
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