¡Celebramos la fiesta!
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Hace ocho días hablamos sobre el Éxodo y el cordero de la Pascua. Como todas la historias en la Biblia, es la historia de Cristo.
Por la fe Moisés, cuando ya era grande, rehusó ser llamado hijo de la hija de Faraón, escogiendo más bien ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los placeres temporales del pecado. Consideró como mayores riquezas el oprobio de Cristo que los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta en la recompensa.
Por la fe Moisés salió de Egipto sin temer la ira del rey, porque se mantuvo firme como viendo al Invisible.Por la fe celebró la Pascua y el rociamiento de la sangre, para que el exterminador de los primogénitos no los tocara a ellos.
Por la fe pasaron el Mar Rojo como por tierra seca, y cuando los Egipcios intentaron hacer lo mismo, se ahogaron.
¡Por la fe … por la fe … por la fe! Y ¿qué fue la actitud de Moisés? Consideró como mayores riquezas el oprobio de Cristo que los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta en la recompensa. Mejor estar con el pueblo de Dios – despreciados en este momento – porque la cierta recompensa está llegando. La salvación, la vida, el gozo – en Cristo.
El Apóstol Pablo también nos da una pista de la conexión entre la Pascua en Éxodo y Cristo Jesús:
Limpien la levadura vieja para que sean masa nueva, así como lo son en realidad sin levadura. Porque aun Cristo, nuestra Pascua, ha sido sacrificado. Por tanto, celebremos la fiesta no con la levadura vieja, ni con la levadura de malicia y maldad, sino con panes sin levadura de sinceridad y de verdad.
1Corintios 5:7-8
Pablo nos recuerda de la tradición de los Judíos antes de la celebración de la Pascua – a quitar toda levadura de sus casas (Éxodo 12:15), y comer pan sin levadura.
En aquellos días, la levadura no era la levadura que compró en la tienda. Era una mezcla fermentada que se mantienen durante meses a la vez. Con el tiempo, esa mezcla podría llegar a infectarse.
Esto podría haber sido una de las razones por qué los israelitas se les ordenó conseguir cada poco de levadura fuera de su casa una vez al año, en el tiempo de Pascua. Un poco de levadura infectada podría infectar a todo.
Cristo es el cumplimiento de la Pascua. En Cristo, quitamos toda la “levadura” – es decir, el pecado que infecta nuestras vidas. Y celebramos la Pascua real – Cristo, el Cordero de Dios, ha sido sacrificado.
Que interesante que ahora celebramos la Cena del Señor (la Santa Cena) (Lucas 22:15-20). No para recordarnos de la libertad de Egipto, pero algo mucho más importante.
Somos libres del pecado. Somos libres de la muerte y el juicio. ¡Tenemos la libertad de adorar a Dios!
¡Celebramos la fiesta!