“Digno eres, Señor y Dios nuestro,
de recibir la gloria y el honor y el poder,
porque Tú creaste todas las cosas,
y por Tu voluntad existen y fueron creadas.”
Apocalipsis 4:11
Uno de los versículos más importantes en la Biblia es el primero: En el principio Dios creó los cielos y la tierra (Génesis 1:1).
No hay explicaciones. No hay excusas. Dios creó todas las cosas – y punto.
Muchas personas quieren luchar contra las cosas que Dios manda en la Biblia. Ellos piensan que esta idea no es moderno, o aquella idea es ofensiva. Pero no hay muchos versículos que son más revolucionarios que Génesis 1:1.
Dios creó todas las cosas. Él los creó por su propia voluntad. Él quería crear. Se creó con un propósito.
Eso significa que todo lo que existe está lleno de e impregnado con el propósito y la voluntad de Dios.
Dios es el Dueño y el Señor de la creación. Él debe recibir nuestra obediencia y honor.
Nada puede detener la voluntad de Dios. Es antes de todo, después de todo, y es la base de todo.
Como creyentes, debemos dejar atrás las pasiones del mundo – su inmoralidad, su egoísmo. En cambio, seguimos la voluntad de Dios – haciendo el bien, el autocontrol, compartiendo la verdad (1Tesalonicenses 4:3-7). Y debido a la voluntad de Dios es eterna, sus hijos que hacen su voluntad son para siempre. El mundo pasa, y también sus pasiones, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. (1Juan 2:17)
Para los hijos de Dios, es un consuelo saber que Dios es sabio, amoroso y poderoso – y que su voluntad será cumplida.
Para aquellos que no aman a Dios, Génesis 1:1 puede ser el versículo más ofensiva en la Biblia. Nosotros, como seres humanos, quieren controlar nuestro destino, hacer nuestras propias reglas, y vivir como queremos vivir.
Pero el pueblo de Dios adorarán a Dios para siempre, como el Creador y Señor que es digno de recibir la gloria y la honra y el poder.
Hoy en día, nos ofrecemos con alegría a la buena voluntad de Dios.
Por tanto, hermanos, les ruego por las misericordias de Dios que presenten sus cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es el culto racional de ustedes. Y no se adapten a este mundo, sino transfórmense mediante la renovación de su mente, para que verifiquen cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno y aceptable y perfecto.
Romanos 12:1-2