Alabaré a Jehová conforme a su justicia,
Y cantaré al nombre de Jehová el Altísimo.
(Salmo 7:17)
De acuerdo con David, ¡la justicia de Dios es un motivo para alabar al Señor! Pero, ¿Qué es la justicia de Dios?
No es como un gobernante tirano, quien está haciendo las reglas a medida que avanza, destruyendo cualquier persona que no le agrada ese día.
La justicia de Dios no es reglas creadas por si mismo. Su justicia es un atributo – una parte de su naturaleza. Dios es bueno por naturaleza, amoroso, y justo.
La justicia de Dios es una maravillosa esperanza y confianza para personas que aman la justicia. Dice en otro Salmo:
Invoqué entonces el nombre del SEÑOR, diciendo:
“Te ruego, oh SEÑOR: salva mi vida”.
Clemente y justo es el SEÑOR; sí, compasivo es nuestro Dios.
El SEÑOR guarda a los sencillos;
Estaba yo postrado y me salvó.
(Salmo 116:4-6)
Podemos alabar al Señor porque él es un juez justo – él siempre hará lo que es correcto.
Por supuesto, a veces esto conduce a la ira y el juicio (Apocalipsis 19:11). De una oración de Daniel:
“Por tanto, el SEÑOR ha estado guardando esta calamidad y la ha traído sobre nosotros. Porque el SEÑOR nuestro Dios es justo en todas las obras que ha hecho, pero nosotros no hemos obedecido Su voz.”
(Daniel 9:14)
Uno de los nombres de Jesús es el Justo (Hechos 22:14). Jesúcristo, Dios en la carne, tiene el atributo de justicia. Él se hizo pecado por nosotros, y nosotros, como creyentes, se nos dio su justicia (2Corintios 5:21).
Nosotros recibimos el perdón y la justificación por la fe (Romanos 5:1-2).
La justicia de Dios es uno de los atributos morales. Es algo que debemos imitar. No soy la fuente de toda justicia como Dios – pero mi meta es vivir una vida justa y santa, agradable a Dios.
Entonces, por el creyente, la justicia de Dios es algo tan hermoso. Esperamos con alegría la venida de Cristo.
El Apóstol Pablo:
En el futuro me está reservada la corona de justicia que el Señor, el Juez justo, me entregará en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman Su venida.
(2Timoteo 4:8)
Y vamos a terminar con las palabras del Apóstol Pedro:
Puesto que todas estas cosas han de ser destruidas de esta manera, ¡qué clase de personas no deben ser ustedes en santa conducta y en piedad, esperando y apresurando la venida del día de Dios, en el cual los cielos serán destruidos por fuego y los elementos se fundirán con intenso calor!
Pero, según Su promesa, nosotros esperamos nuevos cielos y nueva tierra, en los cuales mora la justicia.
Por tanto, amados, puesto que ustedes aguardan estas cosas, procuren con diligencia ser hallados por El en paz, sin mancha e irreprensibles.
(2Pedro 3:11-14)