Los Atributos de Dios: Espiritualidad
“Dios es espíritu, y los que Lo adoran deben adorar en espíritu y en verdad.
(Juan 4:24)
La espiritualidad de Dios significa simplemente que Dios es un espíritu. Es decir, no tiene un cuerpo. Dios no está hecho de la materia – de hecho, ¡él creó la materia!
Pues, ¿qué pasa con todos los versículos de la Biblia que lo hacen sonar como Dios tiene un cuerpo? Por ejemplo:
- No puedes ver Mi rostro (Éxodo 33:20)
- allí se posó sobre mí la mano de Jehová el Señor (Ezequiel 8:1)
- Después apartaré mi mano, y verás mis espaldas; mas no se verá mi rostro. (Éxodo 33:23)
- He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida (Isaías 49:16)
Entonces – ¿tiene Dios un cuerpo?
Muchas veces, la Biblia usa figuras retóricas. Por ejemplo, en Salmo 91:2-4:
Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;
Mi Dios, en quien confiaré.
El te librará del lazo del cazador,
De la peste destructora.
Con sus plumas te cubrirá,
Y debajo de sus alas estarás seguro;
Escudo y adarga es su verdad.
Entonces – ¿tiene Dios plumas y alas? No, es una figura. Pero Dios es como una gallina cuidando a sus bebés.
Cuando la Biblia usa las características humanas para describir a Dios, se llama “un antropomorfismo”. Dios no tiene manos literalmente, pero es una figura para describir la forma en que Dios está interactuando con alguien.
También, Dios puede aparecer como un hombre, o en otra forma. Podría ser que Jesús se apareció a la gente en tiempos del Antiguo Testamento – antes de que él naciera como ser humano. Esto podría ser lo que le pasó a Jacob, cuando “vio a Dios cara a cara” en Génesis 32.
El milagro de la Navidad es que Dios tomó la forma de un hombre. El creador tomó la forma de un ser creado.
Haya, pues, en ustedes esta actitud que hubo también en Cristo Jesús, el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, sino que Se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres.
Y hallándose en forma de hombre, se humilló El mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Por lo cual Dios también Lo exaltó hasta lo sumo, y Le confirió el nombre que es sobre todo nombre, para que al nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
El Hijo de Dios, un espíritu, tomó carne humana. Él sigue siendo Dios, pero para nos conceda la salvación tomó forma humana.
Sí, Dios es espíritu, y los que Lo adoran deben adorar en espíritu y en verdad. Es decir, podemos adorar a Dios en cualquier lugar físico, porque lo adoramos espiritualmente, sabiendo la verdad que él nos ha dado. No lo podemos ver con nuestros ojos, pero sabemos que él está con nosotros. El Creador de todas las cosas, nuestro Señor.