Dios había liberado a su pueblo de Israel. Ahora le va a enseñar más acerca de sí mismo. Dios le mostró su naturaleza a su pueblo a través de la Ley que les dio. En Éxodo 20 tenemos un resumen de la Ley de Dios. Los libros de Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio cuentan la historia de Israel en el desierto, y amplia la ley.
Ya hemos hablado mucho de los Diez Mandamientos. De hecho, tenemos un estudio completo de este tema – Las Diez Palabras (Los Diez Mandamientos).
Pero hoy vamos a dar un resumen breve. Primero, vamos a pensar en el principio de la historia – de Éxodo 19:
Moisés subió hacia Dios, y el SEÑOR lo llamó desde el monte y le dijo: “Así dirás a la casa de Jacob y anunciarás a los Israelitas:
‘Ustedes han visto lo que he hecho a los Egipcios, y cómo los he tomado sobre alas de águilas y los he traído a Mí. Ahora pues, si en verdad escuchan Mi voz y guardan Mi pacto, serán Mi especial tesoro entre todos los pueblos, porque Mía es toda la tierra. Ustedes serán para Mí un reino de sacerdotes y una nación santa.’
Estas son las palabras que dirás a los Israelitas.”
Éxodo 19:3-6
¡Palabras hermosas! Un tesoro especial, un reino de sacerdotes, una nación santa. Si obedecían.
Pero la venida de Dios a su pueblo era una cosa seria. Las personas tenían que prepararse con cuidado, y no se les permitió acercarse a la montaña donde Dios iba a mostrar a sí mismo (Éxodo 19:10-15).
Y aconteció que al tercer día, cuando llegó la mañana, hubo truenos y relámpagos y una densa nube sobre el monte y un sonido tan fuerte de trompeta, que hizo temblar a todo el pueblo que estaba en el campamento.
…
Todo el Monte Sinaí humeaba, porque el SEÑOR había descendido sobre él en fuego. El humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía con violencia. El sonido de la trompeta aumentaba más y más. Moisés hablaba, y Dios le respondía con el trueno.
de Éxodo 19:16-18
¡Espantoso! La gente tenía miedo, como sabemos por el capítulo siguiente.
Todo el pueblo percibía los truenos y relámpagos, el sonido de la trompeta y el monte que humeaba. Cuando el pueblo vio aquello, temblaron, y se mantuvieron a distancia.
Entonces dijeron a Moisés: “Habla tú con nosotros y escucharemos, pero que no hable Dios con nosotros, no sea que muramos.”
Moisés respondió al pueblo: “No teman, porque Dios ha venido para ponerlos a prueba, y para que Su temor permanezca en ustedes, y para que no pequen.”
Éxodo 20:18-20
El temor de Dios – “para que no pequen”.
El temor del Señor debe ayudarnos a evitar el pecado (2Crónicas 19:7; Proverbios 8:13). “El principio de la sabiduría es el temor del SEÑOR; Buen entendimiento tienen todos los que practican Sus mandamientos; Su alabanza permanece para siempre.” (Salmo 111:10)
De hecho, “El temor del SEÑOR es fuente de vida, para evadir los lazos de la muerte.” (Proverbios 14:27)
Pero como vamos a ver, un tipo de temor sin un cambio de corazón no es suficiente. Necesitamos el temor del Señor que viene de un corazón salvo y renovado.