La evidencia interna en Los Libros de Moisés
No vamos a tomar el tiempo para examinar toda la evidencia para el Antiguo Testamento. Esto es sólo una introducción a algunos de los temas te puede estudiar por tu cuenta.
Entonces, hoy vamos a los Libros de Moisés – los primeros cinco libros de la Biblia – para ver algunas pistas de la fecha de los libros y del autor.
Primero, Éxodo 24:4:
Moisés escribió todas las palabras del Señor. Levantándose muy de mañana, edificó un altar al pie del monte, con doce columnas por las doce tribus de Israel.
Hay veces en muchos libros de la Biblia cuando tenemos un registro directo de la autoría.
Pero fue Moisés realmente calificado para escribir estos libros? ¿Tenía la educación?
Cuando la hija de Faraón bajó a bañarse al Nilo, mientras sus doncellas se paseaban por la ribera del río, vio la cestilla entre los juncos y mandó a una criada suya para que la trajera. Al abrirla, vio al niño, y oyó que el niño lloraba. Le tuvo compasión, y dijo: “Este es uno de los niños de los Hebreos.”
Entonces la hermana del niño dijo a la hija de Faraón: “¿Quiere que vaya y llame a una nodriza de las Hebreas para que críe al niño?”
“Sí, ve,” respondió la hija de Faraón. La muchacha fue y llamó a la madre del niño.
Y la hija de Faraón le dijo: “Llévate a este niño y críamelo, y yo te daré tu salario.” La mujer tomó al niño y lo crió.
Cuando el niño creció, ella lo llevó a la hija de Faraón, y vino a ser hijo suyo; y le puso por nombre Moisés, diciendo: “Pues lo he sacado de las aguas.”
Esta es la historia de Éxodo 2:5-10.
Imagínete la situación en que Moisés creció. En primer lugar, él tenía acceso al pueblo de Israel. Podía oír sus historias, aprender su tradición, hablar su idioma.
En segundo lugar, fue criado en las cortes de Egipto. Podía visitar a sus bibliotecas, aprender de sus sabios, conocer gente de otras culturas.
Moisés fue excepcionalmente calificado para comunicar y dirigir.
Y alzó Lot los ojos y vio todo el valle del Jordán, el cual estaba bien regado por todas partes (esto fue antes de que el Señor destruyera a Sodoma y Gomorra) como el huerto del SEÑOR, como la tierra de Egipto rumbo a Zoar.
Piensa en este texto de Génesis 13:10. Hay algo muy interesante aquí.
Este versículo describe el valle del Jordán comparándolo con parte de Egipto. El autor, y los lectores, estaban familiarizados con Egipto – ¡tal vez más familiarizados con Egipto que con Israel!
Esto no suena como algo que fue escrito cientos de años después, en Israel. Pero suena como algo que Moisés habría escrito en el desierto.
Hay muchos ejemplos de este tipo. Pero voy a incluir uno más que es un poco interesante – Éxodo 25:5: pieles de carnero teñidas de rojo, pieles de marsopa y madera de acacia.
Este pasaje habla de los materiales que se utilizan para el Tabernáculo. Es interesante porque las acacias son muy raras en Israel, pero comunes en el desierto.
Pero hay un otra palabra difícil aquí – marsopa. En otras versiones, tejones, o delfín. La palabra en hebreo es difícil traducir, pero es posible que habla de un animal se llama el dugongo. Es como una especie de manatí. No vivía en cualquier lugar cerca de Israel, pero eran abundantes en los mares cercanos a Egipto y Arabia.
A lo largo de los libros de Moisés leemos acerca de los animales y las plantas que no son de Israel, sino de Egipto y el desierto. Muy extraño si estos libros fueron escritos en realidad mucho tiempo después de la época de Moisés, por las personas que viven en Israel.
Sí, hay mucha evidencia que tenemos los libros de Moisés. Y la próxima vez vamos a hablar acerca de cómo esos libros llegaron a nosotros.