¿Cómo puedo compartir el Evangelio? (parte 3)
El fariseo puesto en pie, oraba para sí de esta manera: “Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: estafadores, injustos, adúlteros; ni aun como este recaudador de impuestos. Yo ayuno dos veces por semana; doy el diezmo de todo lo que gano”.
Pero el recaudador de impuestos, de pie y a cierta distancia, no quería ni siquiera alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: “Dios, ten piedad de mí, pecador”.
Les digo que este descendió a su casa justificado pero aquel no; porque todo el que se engrandece será humillado, pero el que se humilla será engrandecido.
Si alguien no sabe que es un pecador, no puede ser salvo. ¿Cómo podemos ayudar a la gente a entender que necesitan un Salvador?
Lee este texto de Romanos. Según este pasaje, ¿cuál es el propósito de la ley de Dios?
Ahora bien, sabemos que cuanto dice la ley, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se calle y todo el mundo sea hecho responsable ante Dios. Porque por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de Él; pues por medio de la ley viene el conocimiento del pecado.
Romanos 3:19-20
La ley nos muestra nuestro pecado, ¿verdad? Según Gálatas 3:24, la ley es como una guía o tutor (un “ayo”). La ley nos ayuda a reconocer nuestra necesidad de la misericordia y el perdón de Jesús. La ley nos ayuda a entender Romanos 3:23 – por cuanto todos pecaron y están destituidos de/no alcanzan/están privados de la gloria de Dios.
Podemos usar la ley de Dios para ayudar a las personas a entender su necesidad de misericordia. Por ejemplo, en el Sermón del Monte, Jesús utilizó muchas de los 10 Mandamientos para mostrar a la gente su pecado (Mateo 5-7). En Romanos 1-3, Pablo utilizó ambos la naturaleza y la ley de Moisés. Hablando con un intérprete de la ley en Lucas 10, Jesús habló acerca de los mandamientos más grandes – amarás a Dios y amarás a tu prójimo.
De pie delante de Dios, nadie puede decir que realmente haya obedecido Su santa ley.
Según 2Corintios 7:10, la tristeza que es conforme a la voluntad de Dios produce un arrepentimiento que conduce a la salvación.
En Mateo 5, Jesús menciona algo que debe acompañar nuestras palabras. ¿Qué es?
Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad situada sobre un monte no se puede ocultar; ni se enciende una lámpara y se pone debajo de una vasija, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. Así brille la luz de ustedes delante de los hombres, para que vean sus buenas acciones y glorifiquen a su Padre que está en los cielos.
Mateo 5:14-16
“Sus buenas acciones” son tan importantes – y el propósito es que “glorifiquen a su Padre que está en los cielos”.
La próxima vez que hablemos sobre este tema, pensaremos en algunas cosas prácticas para recordar mientras compartimos la verdad.