Juan

Durante las próximas semanas, aprenderemos sobre el Espíritu Santo. Hoy, veamos brevemente quién es el Espíritu. Comencemos por meditar en un solo versículo. Tómate el tiempo para pensar en las respuestas a estas preguntas:

“Cuando venga el Consolador, a quien yo enviaré del Padre, es decir, el Espíritu de verdad que procede del Padre, El dará testimonio de Mí…”

Jesús (Juan 15:26)

1. ¿Qué sabemos sobre la naturaleza del Espíritu de este versículo?
2. ¿De dónde es el Espíritu?
3. ¿Qué va a hacer? ¿Qué es Su “descripción del puesto”?
4. Muchas personas creen que el Espíritu es solo una “fuerza” o “poder” de Dios. Otras creen que el Espíritu es una persona. ¿Hay algo en este versículo que nos puede dar una respuesta?

Espero que ya hemos visto que el Espíritu Santo es Dios, una persona en la Trinidad (Padre, Hijo, Espíritu). Nuestro Dios es un solo Dios, en tres Personas. Por eso, podemos ver al Espíritu haciendo las cosas que Dios hace. Por ejemplo:

“Hermanos, tenía que cumplirse la Escritura en que por boca de David el Espíritu Santo predijo acerca de Judas, el que se hizo guía de los que prendieron a Jesús…”

Hechos 1:16

Aquí vemos al Espíritu como el Autor de la Escritura, hablando por medio de David.

Porque si la sangre de los machos cabríos y de los toros, y la ceniza de la novilla, rociadas sobre los que se han contaminado, santifican para la purificación de la carne, ¿cuánto más la sangre de Cristo, quien por el Espíritu eterno El mismo se ofreció sin mancha a Dios, purificará nuestra conciencia de obras muertas para servir al Dios vivo?

Hebreos 9:13-14

El Espíritu Santo fue parte del plan eterno de salvación, que nos trae el perdón a través de la cruz. En textos como estos, vemos al Padre, al Hijo y al Espíritu trabajando juntos por el bien del pueblo de Dios.

…y que fue declarado Hijo de Dios con un acto de poder, conforme al Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos: nuestro Señor Jesucristo.

Romanos 1:4

¡El Espíritu Santo también estuvo involucrado en la resurrección del Hijo!

Y aconteció que cuando todo el pueblo era bautizado, Jesús también fue bautizado; y mientras El oraba, el cielo se abrió, y el Espíritu Santo descendió sobre El en forma corporal, como una paloma, y vino una voz del cielo, que decía: “Tú eres Mi Hijo amado, en Ti Me he complacido.”

Lucas 3:21-22

Una vez más, vemos al Padre, al Hijo y al Espíritu trabajando en perfecta armonía. Cada uno tiene un papel divino diferente. No son la misma Persona, pero son el único Dios.

Sin embargo, ustedes no están en la carne sino en el Espíritu, si en verdad el Espíritu de Dios habita en ustedes. Pero si alguien no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de El. Y si Cristo está en ustedes, aunque el cuerpo esté muerto a causa del pecado, sin embargo, el espíritu está vivo a causa de la justicia.

Romanos 8:9-10

Aunque el Padre, el Hijo y el Espíritu claramente tienen diferentes papeles, e interactúan entre sí en amor y armonía, el Apóstol Pablo no tiene problemas para hablar de ellos de manera intercambiable en algunos casos.

Aquí, el Espíritu de “Dios” es también el Espíritu de “Cristo”. El Espíritu “habita” en nosotros, y por eso en un sentido Cristo también “está en” nosotros. Si pertenecemos al Espíritu, pertenecemos a Dios, y si pertenecemos al Hijo, pertenecemos a Dios.

Capítulo tras capítulo del Nuevo Testamento habla sobre la maravillosa obra de las tres Personas: Padre, Hijo y Espíritu. Pero la próxima vez nos enfocaremos en el trabajo que el Espíritu hace en nuestras vidas. ¡Un tema maravilloso!