Y tú, Belén… (sermón)
Un sermón de Mateo 2:6 – La asombrosa profecía sobre el lugar de nacimiento del Cristo.
Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar
Subscribe: RSS
Un sermón de Mateo 2:6 – La asombrosa profecía sobre el lugar de nacimiento del Cristo.
Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar
Subscribe: RSS
El fariseo puesto en pie, oraba para sí de esta manera: “Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: estafadores, injustos, adúlteros; ni aun como este recaudador de impuestos. Yo ayuno dos veces por semana; doy el diezmo de todo lo que gano”.
Pero el recaudador de impuestos, de pie y a cierta distancia, no quería ni siquiera alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: “Dios, ten piedad de mí, pecador”.
Les digo que este descendió a su casa justificado pero aquel no; porque todo el que se engrandece será humillado, pero el que se humilla será engrandecido.
Si alguien no sabe que es un pecador, no puede ser salvo. ¿Cómo podemos ayudar a la gente a entender que necesitan un Salvador?
Lee este texto de Romanos. Según este pasaje, ¿cuál es el propósito de la ley de Dios?
Ahora bien, sabemos que cuanto dice la ley, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se calle y todo el mundo sea hecho responsable ante Dios. Porque por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de Él; pues por medio de la ley viene el conocimiento del pecado.
Romanos 3:19-20
La ley nos muestra nuestro pecado, ¿verdad? Según Gálatas 3:24, la ley es como una guía o tutor (un “ayo”). La ley nos ayuda a reconocer nuestra necesidad de la misericordia y el perdón de Jesús. La ley nos ayuda a entender Romanos 3:23 – por cuanto todos pecaron y están destituidos de/no alcanzan/están privados de la gloria de Dios.
Podemos usar la ley de Dios para ayudar a las personas a entender su necesidad de misericordia. Por ejemplo, en el Sermón del Monte, Jesús utilizó muchas de los 10 Mandamientos para mostrar a la gente su pecado (Mateo 5-7). En Romanos 1-3, Pablo utilizó ambos la naturaleza y la ley de Moisés. Hablando con un intérprete de la ley en Lucas 10, Jesús habló acerca de los mandamientos más grandes – amarás a Dios y amarás a tu prójimo.
De pie delante de Dios, nadie puede decir que realmente haya obedecido Su santa ley.
Según 2Corintios 7:10, la tristeza que es conforme a la voluntad de Dios produce un arrepentimiento que conduce a la salvación.
En Mateo 5, Jesús menciona algo que debe acompañar nuestras palabras. ¿Qué es?
Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad situada sobre un monte no se puede ocultar; ni se enciende una lámpara y se pone debajo de una vasija, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. Así brille la luz de ustedes delante de los hombres, para que vean sus buenas acciones y glorifiquen a su Padre que está en los cielos.
Mateo 5:14-16
“Sus buenas acciones” son tan importantes – y el propósito es que “glorifiquen a su Padre que está en los cielos”.
La próxima vez que hablemos sobre este tema, pensaremos en algunas cosas prácticas para recordar mientras compartimos la verdad.
Hoy vamos a terminar nuestro estudio de la Santa Cena. Sí no has leído todo, aquí están:
La última vez hablamos sobre la importancia de la Santa Cena y cómo debemos prepararnos con anticipación. Aquí hay Aquí hay algunos pensamientos para ayudarte. Si eres pastor, ¿por qué no repartes esto en el servicio de tu iglesia la semana anterior?
Meditemos en estas palabras de Hebreos 7 mientras concluimos nuestro estudio:
Jesús ha venido a ser fiador de un mejor pacto. Los sacerdotes anteriores eran más numerosos porque la muerte les impedía continuar, pero Jesús conserva Su sacerdocio inmutable puesto que permanece para siempre.
Por lo cual El también es poderoso para salvar para siempre a los que por medio de El se acercan a Dios, puesto que vive perpetuamente para interceder por ellos.
Porque convenía que tuviéramos tal Sumo Sacerdote: santo, inocente, inmaculado, apartado de los pecadores, y exaltado más allá de los cielos, que no necesita, como aquellos sumos sacerdotes, ofrecer sacrificios diariamente, primero por sus propios pecados y después por los pecados del pueblo. Porque esto Jesús lo hizo una vez para siempre, cuando El mismo se ofreció.
¡Gracias a Dios por Su misericordia y amor!
Ya hemos hablado sobre los antecedentes de la Santa Cena y el significado del pan y el vino. Hoy vamos a ver más de cerca esta práctica especial en la iglesia local.
Diferentes iglesias tienen diferentes tradiciones en cuanto a la Santa Cena. Pero echemos un vistazo a los elementos básicos que la Biblia dice son importantes…
Primero, utilizamos el pan y el vino (“el fruto de la vid” (Lucas 22:18) – algunas iglesias usan el vino específicamente, y otras el jugo de uva).
En una de las epístolas de Pablo, el Espíritu Santo nos da un propósito importante de la Santa Cena:
Porque todas las veces que coman este pan y beban esta copa, proclaman la muerte del Señor hasta que Él venga.
1Corintios 11:26
La participación en la Santa Cena es una manera de proclamar la muerte del Señor hasta que Él venga.
Pero en la iglesia de Corinto, ¡la gente no compartían ni esperaban por los otros! Algunos no tenían nada de pan, ¡algunos bebían suficiente vino para emborracharse! Así que Pablo les dio instrucciones importantes:
Así que, hermanos míos, cuando se reúnan para comer, espérense unos a otros. Si alguien tiene hambre, coma en su casa, para que no se reúnan para juicio. Los demás asuntos los arreglaré cuando vaya.
1Corintios 11:33-34
Simple: – espérense unos a otros, y si alguien tiene hambre, coma en su casa.
En lugar de considerar esta comida como simplemente una fiesta más, debe tomarse muy en serio. Veamos qué más dice Pablo:
De manera que el que coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será culpable del cuerpo y de la sangre del Señor. Por tanto, examínese cada uno a sí mismo, y entonces coma del pan y beba de la copa. Porque el que come y bebe sin discernir correctamente el cuerpo del Señor, come y bebe juicio para sí. Por esta razón hay muchos débiles y enfermos entre ustedes, y muchos duermen. Pero si nos juzgáramos a nosotros mismos, no seríamos juzgados. Pero cuando somos juzgados, el Señor nos disciplina para que no seamos condenados con el mundo.
1Corintios 11:27-32
No debemos ser culpable del cuerpo y la sangre de Jesús. En cambio, debemos discernir el cuerpo del Señor. Es decir, tenemos que entender el verdadero cuerpo de Cristo, que se ofreció para nosotros una vez por todas en la cruz.
Entonces, según este pasaje, ¿qué debemos hacer?
Es por eso que nos tomamos el tiempo para examinar nuestras vidas antes de participar en la Santa Cena. De hecho, es sabio pensar en la Santa Cena en los días previos a la celebración de la Santa Cena, para permitir que el Señor trabaje en tu corazón.
Tenemos la misma idea aquí:
Dije previamente, cuando estuve presente la segunda vez, y aunque ahora estoy ausente, lo digo de antemano a los que pecaron anteriormente y también a todos los demás, que si voy otra vez no seré indulgente, puesto que ustedes buscan una prueba del Cristo que habla en mí. El cual no es débil para con ustedes, sino poderoso en ustedes. Porque ciertamente Él fue crucificado por debilidad, pero vive por el poder de Dios. Así también nosotros somos débiles en Él, sin embargo, viviremos con Él por el poder de Dios para con ustedes.
2Corintios 13:2-5
Pónganse a prueba para ver si están en la fe. Examínense a sí mismos. ¿O no se reconocen a ustedes mismos de que Jesucristo está en ustedes, a menos de que en verdad no pasen la prueba?
Y así, la Santa Cena es sólo para los creyentes. Es un tiempo para que examinemos nuestras vidas, y para examinar nuestra relación con Dios y con los demás. Lo más importante es recordar lo que Jesús hizo por nosotros en la cruz. Recordamos Su sacrificio, que libremente salvado a todos los creyentes para siempre. Al participar en la Santa Cena, proclamamos el Evangelio hasta que Jesús regrese por nosotros.
La próxima vez compartiré una herramienta para ayudarlo a prepararse para la Santa Cena, y veremos una vez más la maravillosa obra de Jesucristo en la cruz.
…porque esto es Mi sangre del nuevo pacto, que es derramada por muchos para el perdón de los pecados.
Mateo 26:28
De la misma manera tomó la copa después de haber cenado, diciendo: «Esta copa es el nuevo pacto en Mi sangre, que es derramada por ustedes.
Lucas 22:20
Jesús describió la copa como la sangre del nuevo pacto o el nuevo pacto en su sangre (Tenga en cuenta que podría describir el vino como sangre o como el nuevo pacto; no importa, porque es un símbolo. No es literalmente un pacto escrito en pergamino.). Vamos a ver que es el “nuevo pacto”…
Pero cuando Cristo apareció como Sumo Sacerdote de los bienes futuros, a través de un mayor y más perfecto tabernáculo, no hecho con manos, es decir, no de esta creación, entró al Lugar Santísimo una vez para siempre, no por medio de la sangre de machos cabríos y de becerros, sino por medio de Su propia sangre, obteniendo redención eterna.
Hebreos 9:11-15
Porque si la sangre de los machos cabríos y de los toros, y la ceniza de la novilla, rociadas sobre los que se han contaminado, santifican para la purificación de la carne, ¿cuánto más la sangre de Cristo, quien por el Espíritu eterno Él mismo se ofreció sin mancha a Dios, purificará nuestra conciencia de obras muertas para servir al Dios vivo?
Por eso Cristo es el mediador de un nuevo pacto, a fin de que habiendo tenido lugar una muerte para la redención de las transgresiones que se cometieron bajo el primer pacto, los que han sido llamados reciban la promesa de la herencia eterna.
Entonces, Jesús es el Sumo Sacerdote que ofreció Su propia sangre como sacrificio. La sangre purifica nuestra conciencia para servir al Dios viviente. Esto nos llevaría una redención y herencia eterna.
Tenemos la misma idea en Efesios 1:7-12. Gracias a Cristo, tenemos redención – es decir, el perdón de nuestros pecados.
¿Y el pan?
Y tomando el pan, después de haber dado gracias, lo partió, y les dio, diciendo: «Esto es Mi cuerpo que por ustedes es dado; hagan esto en memoria de Mí».
Lucas 22:19
El pan es un símbolo del cuerpo de Jesús, dado por nosotros.
Por esa voluntad hemos sido santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo ofrecida una vez para siempre.
Hebreos 10:10-14
Ciertamente todo sacerdote está de pie, día tras día, ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados. Pero Cristo, habiendo ofrecido un solo sacrificio por los pecados para siempre, se sentó a la diestra de Dios, esperando de ahí en adelante hasta que Sus enemigos sean puestos por estrado de Sus pies. Porque por una ofrenda Él ha hecho perfectos para siempre a los que son santificados.
Aquí en Hebreos, el autor habla de la salvación que tenemos en Cristo. Hemos sido perfeccionado y santificado por la ofrenda/el sacrificio del cuerpo de Jesucristo.
La próxima vez exploraremos el Santa Cena aún más y hablaremos sobre cómo la practicamos en nuestras iglesias locales.
En los tiempos de Jesús, los Judíos celebraban la fiesta de la Pascua para conmemorar la liberación de Dios de sus antepasados, que habían sido esclavos en Egipto. El pueblo sacrificaba el cordero pascual, al igual que sus antepasados habían hecho. Repasemos lo que Dios dijo a los israelitas en Egipto.
El SEÑOR habló a Moisés y a Aarón y les dijo:
“…El cordero será un macho sin defecto, de un año… Entonces toda la asamblea de la congregación de Israel lo matará al anochecer. Ellos tomarán parte de la sangre y la pondrán en los dos postes y en el dintel de las casas donde lo coman…
Porque esa noche pasaré por la tierra de Egipto, y heriré a todo primogénito en la tierra de Egipto, tanto de hombre como de animal. Ejecutaré juicios contra todos los dioses de Egipto. Yo, el SEÑOR.
La sangre les será a ustedes por señal en las casas donde estén. Cuando Yo vea la sangre pasaré de largo, y ninguna plaga vendrá sobre ustedes para destruirlos cuando Yo hiera la tierra de Egipto.”
de Éxodo 12:1, 5-7, 12-13
Jesús va a añadir un nuevo significado a la antigua fiesta de la Pascua:
Y tomando el pan, después de haber dado gracias, [Jesús] lo partió, y les dio, diciendo: «Esto es Mi cuerpo que por ustedes es dado; hagan esto en memoria de Mí». De la misma manera tomó la copa después de haber cenado, diciendo: «Esta copa es el nuevo pacto en Mi sangre, que es derramada por ustedes.
Lucas 22:19-20
¿Cuál fue el propósito de hacer esto? Bueno, el cuerpo de Jesús fue dado y Su sangre derramada. En particular, celebramos la que llamamos la “Santa Cena”, para recordar la muerte de Jesús (“en memoria de Mí”).
Aquí en Lucas 22, dice Jesús que Su cuerpo fue “dado”. Según Juan 10, ¿quién dio la vida de Jesús?
“…Por eso el Padre me ama, porque Yo doy Mi vida para tomarla de nuevo. Nadie me la quita, sino que Yo la doy de Mi propia voluntad. Tengo autoridad para darla, y tengo autoridad para tomarla de nuevo. Este mandamiento recibí de Mi Padre.”
Jesús (en Juan 10:17-18)
Jesús dio Su propia vida, ¡voluntariamente! Y ¿cuál fue el propósito de la muerte de Jesús?
“…porque esto es Mi sangre del nuevo pacto, que es derramada por muchos para el perdón de los pecados.”
Jesús (en Mateo 26:28)
Jesús dio Su vida para proporcionar el perdón de los pecados. Hemos visto eso en las palabras de Jesús en Lucas 24: “el Cristo padecerá y resucitará … que en Su nombre se predicará el arrepentimiento para el perdón de los pecados… (de Lucas 24:46-47)
El vino y el pan no son, literalmente, la sangre y el cuerpo de Cristo – son símbolos. De hecho, en la misma noche, Jesús dijo: “Yo soy la vid” (Juan 15:15). Jesús no se convirtió en una vid literalmente cuando dijo eso – Él estaba ilustrando algo.
Jesús usó la ilustración de comer Su carne y beber Su sangre como símbolo de la fe en Él (Juan 6:47-51). Utilizó este simbolismo mucho antes de que Él instituyó la Santa Cena, porque la gente siempre han sido salvados de la misma manera – a través de la fe en el Mesías y Su sacrificio.
En la Santa Cena, recordamos que Jesús ofreció Su cuerpo y su sangre (Su vida) una vez (Hebreos 9:11-12; 10:14). Luego se levantó corporalmente al cielo (Lucas 24:51). Nosotros no adoramos el pan y el vino – el cuerpo de Jesús está en el Cielo. Pero, como veremos, ¡esto no significa que la Santa Cena no es importante!
La próxima vez estudiaremos la Santa Cena con más profundidad, para ver lo que Dios nos enseña en la Biblia acerca de este regalo especial para la Iglesia.
Hoy vamos a meditar en el “Padre Nuestro” primero. Esta oración no es una fórmula mágica a repetir sin pensarlo. Y no es la única manera de orar. En cambio, es un ejemplo para pensar, y para usar en nuestro tiempo con Dios.
Si no ha leído las otras entradas sobre la oración, eche un vistazo a las primeras:
Toma unos minutos y medita en esta oración. ¿Qué nos dice acerca de Dios?
Padre nuestro que estás en los cielos,
Mateo 6:9-13
Santificado sea Tu nombre.
Venga Tu reino.
Hágase Tu voluntad,
Así en la tierra como en el cielo.
Danos hoy el pan nuestro de cada día.
Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores.
Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del mal. Porque Tuyo es el reino y el poder y la gloria para siempre. Amén”.
En Mateo 6:9-13, oramos al Padre. Pero según Romanos 8:26 tenemos la ayuda del Espíritu. Y según Juan 14:13-14 (las palabras de Jesús), pedimos en el nombre de Jesús. Esto significa que debemos orar como representantes de Jesús en la tierra, haciendo Su trabajo.
Entonces, ¡el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son todos una parte de nuestras oraciones!
Y hay otras oraciones en la Biblia también. Aquí hay una otra. Recuerda, ¡la oración es acerca de Dios, y Su gloria!
Y a Aquel que es poderoso
Efesios 3:20-21
para hacer todo mucho más abundantemente
de lo que pedimos o entendemos,
según el poder que obra en nosotros,
a Él sea la gloria
en la iglesia y en Cristo Jesús
por todas las generaciones,
por los siglos de los siglos. Amén.
Para terminar nuestro estudio, lee Lucas 18:1-8, y responde las siguientes preguntas.
En estos días, creo que todos podríamos usar un poco más de color y ánimo en nuestras casas.
Así que mi hija y yo hemos trabajado juntos para traerte estos versículos de la Biblia que puedes imprimir (en color, si es posible), cortar y poner en tu pared, en la cocina, en tu habitación, en el espejo del baño, donde sea.
Deja que estos versículos bíblicos te recuerden el carácter y la fidelidad de Dios, y su amor por su pueblo.
Imprime algunos para un amigo o vecino, o comparte este enlace con personas que conozcas.
Busca los versículos en tu Biblia y lee todo el capítulo. 🙂
Esta es solo otra pequeña forma de leer y compartir las cosas maravillosas que hay en la Biblia.
¿Qué dice la Biblia sobre las pandemias? ¿Qué consejo nos da?
La mayoría de las plagas que leemos en la Biblia fueron juicios directos y milagrosos de Dios. Es cierto que Dios a menudo ha usado enfermedades y plagas para juzgar o disciplinar.
Entonces, ¿podemos decir que las enfermedades de hoy son un juicio directo para un pecado en particular?
¡Ten cuidado! Tu y yo no somos Moisés, no podemos ver el propósito de Dios en una pandemia. Aunque a veces la enfermedad es un resultado directo de nuestro pecado, a veces no lo es. ¿Recuerdas al ciego que Jesús sanó? Jesús dijo, “Ni este pecó, ni sus padres; sino que está ciego para que las obras de Dios se manifiesten en él.” (Juan 9:3)
Sí sabemos una cosa sobre todas las enfermedades y desastres en este mundo. En su raíz está el pecado.
El mundo fue creado para ser bueno (Génesis 1:31). Pero cuando el hombre pecó, Dios maldijo la tierra (Génesis 3:17-19). La muerte vino al mundo, porque todos somos pecadores (Romanos 5:12).
No siempre sabemos si los problemas en nuestras vidas son el resultado de un pecado específico, o si una prueba que nos ayuda a confiar en Dios, o incluso una bondad de Dios que conduce a una mayor alegría en el futuro. Pero sí sabemos que, en general, el pecado en el mundo nos ha traído enfermedad y muerte.
¿Cuál es el mensaje de Dios a los incrédulos en este momento? Dios es el verdadero rey y el buen juez. No dejará el pecado sin castigo. “Ciertamente el malvado no quedará sin castigo” (Proverbios 11:21).
Jesús dijo algunas palabras duras con respecto a unas de las noticias de su época. El gobernador Pilato había asesinado a algunos galileos, mezclando su sangre con sus sacrificios. Un acto malvado. Otro titular fue una tragedia: una torre se había derrumbado, matando a dieciocho personas.
¡Qué triste! Pero la gente preguntaba: tal vez las personas que murieron tenían algunos pecados secretos. Tal vez eran personas realmente malas, peores que la mayoría.
Jesús sabe que todos son pecadores, que merecen la muerte y necesitan un Salvador. Entonces, ¿qué dijo Jesús? “¿O piensan que aquellos . . . eran más deudores que todos los hombres . . .? Les digo que no; al contrario, si ustedes no se arrepienten, todos perecerán igualmente.” (Lucas 13:1-5)
¿Conoces al Salvador? ¿Has dejado atrás tu pecado y le has agarrado la mano, para pedirle que te salve? “. . . si ustedes no se arrepienten, todos perecerán igualmente.“
Tu salvación no está en una cierta “oración” que repites y luego compartes en las redes sociales. Tu salvación no está en un ritual especial. Tu salvación es solo en Jesucristo.
Cada pandemia, enfermedad y tragedia es un recordatorio de esa única cosa. ¡Arrepiéntete y cree en el Salvador!
Espero que hayas encontrado paz y salvación en el Salvador perfecto, Jesucristo. Mañana hablaremos sobre la respuesta de un creyente a una pandemia.
Somos estudiantes de la Palabra de Dios. El estudio de la Biblia no tiene qué ser complicado. De hecho, podríamos escribir una guía paso a paso, algo como esto:
Pero sí es posible ser un buen estudiante, o un mal estudiante. Y así, es un placer presentar a mis dos amigos:
Vamos a hablar sobre estas dos personas y cómo abordan el estudio de la Biblia de manera diferente.
Por ejemplo, cada uno de nuestros estudiantes ve el tema de la Biblia de manera diferente. ¿De qué trata la Biblia? Para el Señor Insensato, toda la Biblia es sobre – ¡él mismo! Pero ¿qué dice la Biblia?
Entonces Jesús les dijo: “¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! ¿No era necesario que el Cristo padeciera todas estas cosas y entrara en Su gloria?”. Comenzando por Moisés y continuando con todos los profetas, les explicó lo referente a Él en todas las Escrituras.
Lucas 24:25-27
Referente a — ¡Jesús! El tema de la Biblia: El Mesías salvando a su pueblo.
Entonces, cuando Señor Insensato estudia un texto como 1Samuel 17:43-49, la historia de David y Goliat, ¿que es el punto más importante para él? Bueno, ¡necesito ser valiente, como David, y matar a los gigantes en mi vida!
Tal vez sea así, pero le faltan los temas principales del pasaje. Aquí, Dios está usando a un hombre de fe para preservar a su pueblo. Esto es importante, porque el Mesías es un hijo de David y un israelita.
De hecho, si David representa a alguien, ¡debe ser Jesús mismo! Nosotros somos los que necesitamos salvación. ¡Jesús es el valiente que nos salva!
Para el Señor Sabio, ¡toda la Biblia es sobre Cristo!
Nuestros dos amigos tienen diferentes razones para abrir sus Biblias. Esto es un poco triste, pero el Señor Insensato a menudo abre su Biblia simplemente para encontrar excusas.
De hecho, ¿por qué la gente escucha con tanta frecuencia a los falsos maestros? Veamos lo que dice el apóstol Pablo.
Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oídos, conforme a sus propios deseos, acumularán para sí maestros, y apartarán sus oídos de la verdad, y se volverán a los mitos.
2Timoteo 4:3-4
Muchas personas simplemente quieren usar la Biblia para sus propios deseos. Pero el señor Sabio tiene un propósito diferente.
Por tanto, hermanos, les ruego por las misericordias de Dios que presenten sus cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es el culto racional de ustedes. Y no se adapten a este mundo, sino transfórmense mediante la renovación de su mente, para que verifiquen cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno y aceptable y perfecto.
Romanos 12:1-2
Sí, él quiere aprender a vivir. Pero para el Señor Sabio, lo más importante es la adoración. ¡Abre su Biblia para adorar a Dios!
Cada uno de estos hombres también tiene sus propios métodos de estudio bíblico. ¡Hablaremos de eso la próxima vez!